martes, 27 de octubre de 2009

Volver

Es de noche en el punto cinco.

No es que aquí dentro haya mucho cambio entre la noche y el día – no hay diferencia horaria en las pantallitas luminosas y mensajes de error en jerga técnica. Al medio día y a la media noche, las grandes pantallas con diagramas y porcentajes y las gráficas de colorines a modo de semáforos deberían ser idénticas, clónicas. Las máquinas no tienen sueño.

Pero yo sí. Mucho. Y sin embargo aquí estoy, al pie del cañón.

Llevo cinco meses en Ginebra. Sin parar. 5 meses caóticos y maravillosos por lo absurdos que han sido. Estresantes hasta el infinito – pero mejor es el caos y el no tener tiempo de mirar atrás que vivir siempre mirando atrás, adelante, a los lados y, sólo por si acaso, debajo de mis pies.

No creo en los cambios repentinos. Si ahora mi vida es totalmente distinta que hace seis meses, si yo soy distinta, en el fondo es porque necesitaba cambiar (adoro Madrid, pero puede llegar a asfixiar).

No sé si es bueno que por primera vez todo lo que me rodea aliente a mi lado más extravagante, más caprichoso, más extrovertido, más irónico, más egoísta, a salir afuera. Ese lado que habla mucho y llama la atención, lleva el orgullo por bandera y la cabeza un poco demasiado alta, se tiñe el pelo de rojo y no se calla los sarcasmos porque ha decidido que le da igual si el mundo se resquebraja a su paso.

Me pregunto si en unos años me arrepentiré de no haberle echado el freno a mi bipolaridad. Es más fácil vivir haciendo amigos que deshaciéndolos. Aunque el sarcasmo sea divertido. Aunque el escudo de indiferencia me haga más fuerte. A día de hoy, el caos y el mundo que da vueltas cada vez más rápido me llaman.

¿Qué he hecho estos meses? ¿Por qué no escribo, por qué no llamo? No hay mucho que contar y a la vez hay demasiados detalles absurdos.

El estereotipo, Jacobo, BobLaEsponja y Ffolker. Sunny. Ferias medievales, ciudades perdidas, fondues, carreteras suizas y colinas ondulantes. Lausanne, Solothurn, Montreaux, Gruyere, Berna, Yvoir, Annecy, el Jura, la ONU, Nyon. Y Edimburgo, Inverness y Nessy, Fort William, Eilean Donan, Skye de lejos, Glasgow de paso, St Andrews, Falkand, y castillos varios. Y Ciudad Real. Software y Hardware y Ws. Yoga con el ruso loco. Ikea (x4). La nevera y el sillón. Los Hemingways. No llenan más de una línea, y sin embargo llenan muchos vacíos a la vez.

Estando aquí, tan lejos, por primera vez en mucho tiempo no pienso en volver. Sé que volveré, sé que querré volver, pero día a día me pregunto para qué. Y me preocupa mi falta de ganas.

Y tal vez porque es de noche y estoy mirando a un detector que no funciona aún, y estoy cansada, y soy un poquito más vieja que en Mayo (26!)…
…he pensado que esta puede ser un buena noche para volver a escribir.



1 comentario:

Sarg Bjornson dijo...

Y aquí te seguimos leyendo :)