lunes, 7 de julio de 2008

los lunes al sol

Los lunes son un salto en el calendario.

Entre el sabado de fiesta y el domingo de siesta, aterrizas el lunes en la oficina y parece que alguien haya removido tus papeles, escondido los muones y traducido al esperanto las notas que tomaste el viernes.

Entre cafeses, papeleos, informes a jefatura del trabajo que NO hiciste el fin de semana -al vuelo. Mas que un doctorado, voy a acabar sacandome un master en improvisacion e interpretacion del vacio-, se te va la maňana.

Y llegan las cuatro, y has encontrado por fin en que carpeta estaba el archivo que estabas editando. Y la documentacion para la presentacion del miercoles. Y hasta abres el archivo de la presentacion. Eso si, en otro escritorio, no te vaya a distraer del buceo en la wikipedia buscando datos sobre la relacion entre el concepto hindu del karma y la era de los sueňos aborigen, por supuesto intimamente relacionados con la ruptura de simetria electrodebil.

Pero es que ya son las cuatro. Por un lado una vocecita te recuerda que oficialmente en horario de verano se te exigen 6 horas y media de obligado cumplimiento. Por otro, que la media de secuestro en el laboratorio ronda las 10 horas diarias. Y miras el reloj, y miras la pared, y miras las tres miseras paginas que tiene tu powerpoint...

Y surge la duda.

Seguir aqui? Viendo pasar minuto a minuto, conversacion tras conversacion, con la eterna duda de si el tecleo incesante que oyes a tu espalda es picado de codigo astroparticulero, o si es una interesante conversacion por messenger. Al final trabajaras, si. Probablemente, la inspiracion te entre a las 7. Y te vayas a las 10, como siempre, con tu horario disfuncional eternamente enfrentado a cualquier tipo de vida social.

O irse? A casa, con la excusa de "si total, con una conexion a internet me vale. Alli sigo", sabiendo perfectamente que antes de llegar al ordenador, el sofa ejercera su poder hipnotico sobre las pocas neuronas que te quedan, y acabaras apalancada en el. Hasta las 8, hora en la que atacara el remordimeinto "ay!!! la presentacion!!!". Y finalmente volveras a acostarte a la 1 para maňana, para tener al menos un borrador, para mantener esa equivocada imagen de persona trabajadora que tus jefes afortunadamente tienen de ti.

Dificil decision.

Pero hoy, me piro.

1 comentario:

David Martín dijo...

A mí se me hacen cuesta arriba los jueves, que en el mes de julio son mis lunes. Sin embargo, suele ser los sábados cuando necesito esa maldita hora de café. Tampoco tengo claro si mis jefes me consideran una persona respetable. JAJAJAJA

DURO CON LA SEMANA!!!